Burning bridges to light the way | Charles

Padre le había encargado ir a hacer algunos negocios con el encargado de Borgin & Burke's. Se veía que había algunas cosas que le interesaba encargar y otras para devolver. Pero en vez de ir el señor mismo, o de mandar a un elfo, consiguió apropiado mandar a su hija. Se quejó en su momento, pero con su padre era inútil. Se hacía lo que se hacía y no había otra. En fin, aprovecharía para hacer las compras necesarias para el año que viene.

Cuando llegó a aquel lugar no pudo evitar pasearse un poco antes de llegar al mostrador y de hablar con el dependiente. Al final ella consideró que había llegado a un buen acuerdo, esperaba que Demian opinara lo mismo. Y si no que le dieran. Estaba harta. En cuanto pudiera se largaría de casa. Con Amycus.

Antes de marcharse consideró apropiado mirar los objetos que había repartidos por la tienda. Quizás encontraba un potencial regalo de cumpleaños o de Navidad, tanto para su hermano como para si misma. En un lado de la tienda había una estantería con libros y examinó el lomo de estos curiosa. Al final siempre acaba tirando hacia lo mismo.

Después de su encuentro con Regulus no le apetecía volver a casa. Pero sí echar un ojo por el Callejón. Sus padres le habían dicho que tuviera cuidado cuando se paseara por allí, su familia era purista pero no tenían que relacionarla con ningún tipo de actividades ... Ilegales por llamarlo de algún modo. Pero a los ojos de Charles, el tipo de personas que se encontraban por allí no eran más que personas que sabían cuales eran los verdaderos ideales. Apartando todo eso a un lado, Charles tenía curiosidad por las Artes Oscuras, algo que no era desconocido para todo el que conocía un poco al moreno y los mejores libros de esa temática se encontraban solo en un lugar.

Tras llegar a la tienda, el moreno habló con el dependiente y le señaló la misma estantería de las ocasiones anteriores. Se dedicaría a pasar la mañana ojeando algún que otro libro para decantarse por algo y llevárselo a casa. Para su sorpresa no se encontraba entre desconocidos. Una cara conocida llamó su atención. Se colocó tras la morena sin tocarla para que no notara su presencia. - Mira quién tenemos aquí - Susurró en el oído de la chica con tono pícaro para después colocarse al lado de ésta. No fuera a ser que su inseparable hermano estuviera por allí y se pusiera celoso. La relación de esos dos siempre le había parecido de lo más extraña. Aunque Charles eso era algo que ni le iba ni le venía. - ¿Cómo tú tan solita? - Terminó preguntando el moreno aún extrañado con encontrarla sola. Los ojos de la serpiente se dedicaron a observar el lomo de los libros en busca de alguno que llamara su atención.

Tan centrada estaba en hojear uno de los libros que le había parecido mínimamente interesante que no se dio cuenta de que estaba acompañada de alguien conocido hasta que escuchó aquél susurro. Se sobresaltó y aquel susto había quedado un tanto gracioso, pues Alecto no era de las que se sorprendían con poco. Maldijo interiormente a su capacidad de concentración y a haber bajado la guardia. Eso en otras circunstancias le podría haber salido caro.

— Mulciber, siempre tan gracioso — soltó con sarcasmo, estaba claro que no le había hecho ni una pizca de gracia. Claro que pocas cosas hacían sonreír a Alecto. La siguiente pregunta no consiguió sorprenderla, muchas veces le preguntaban lo mismo. No les culpaba, los hermanos Carrow solían pasar mucho tiempo juntos. Probablemente según su madre, demasiado  —. Amycus tenía cosas más interesantes que hacer — se encogió de hombros, sin querer darle mucha más importancia. La verdad era que hacer las compras acompañada por su hermano habría sido mucho más divertido, pero se había levantado pronto y tampoco quería despertarle.

Si por ella fuera, se limitaría a terminar allí la conversación y a seguir con la lectura de su libro. Pero en el fondo sabía que eso no era lo convenía. O sentía la mirada imaginaria de su madre fulminándola. No tenía que ser tan maleducada, al fin y al cabo, Mulciber era una de las compañías que su madre aprobaría.

— ¿Has encontrado algo que te llame la atención? — preguntó por cortesía a la par que cerraba el libro y volvía a dejarlo en la estantería, teniendo que, fastidiosamente, inclinarse pues estaba en una de las más bajas.

La serpiente sonrió ante el susto de la otra serpiente. Y sabía que eso no le había caído muy en gracia a Alecto. Solo había que notar aquél tono de voz con que lo saludó. De todas formas no se podía decir que Alecto fuera precisamente el alma de la fiesta y una alegría andante. Sino más bien todo lo contrario. Ahora que lo recordaba solo sonreía cuando estaba con su hermano Amycus, Mulciber dudaba que hubiera otra persona que le cayera bien a Alecto y viceversa. - Lo cierto es que no - Negó el Slytherin mientras ojeaba un libro que se había decantado a coger. Todos hablaban de lo mismo y a pesar de que las Artes Oscuras fueran su tema preferido tenía un montón de libros en casa y no compraría nada que ya tuviera. No tardó más de dos segundos en volver a dejar el libro que había cogido donde lo encontró. Una vez hecho, el moreno acarició cada lomo de cada libro hasta encontrar otro que llamara su atención. - ¿Y tú? - Preguntó más bien por cortesía que por curiosidad. El Slytherin leyó la portada y comenzó a leer la contraportada. Ese libro pintaba bien. - Este será el último año y quiero estar preparado - Comentó el moreno sabiendo que si era lista, y creía que si lo era, Alecto sabría captar por donde iban los tiros.

No había hablado abiertamente de pertenecer a las filas del Señor Tenebroso nada más que con Severus y Marcus y no lo haría con nadie más, de eso estaba seguro. Pero no hacía falta ser un águila para saber que los hermanos Carrow también tenían las mismas intenciones que los tres amigos. - Este parece estar bien - Comentó el Slytherin mostrándoselo a su improvisada compañera.

Ella tampoco había encontrado nada destacable. La gran mayoría de los ejemplares parecían tener un contenido similar a libros que tenía en casa o simplemente eran ediciones diferentes. También identificó algunos de los que había tomado prestados del número 12 de Grimmauld Place. Estaba un poco decepcionada, pero tenía que recordarse que aquello no era una librería, probablemente en otro establecimiento de Borgin & Burke's pudiera encontrar algo que le hiciera el peso.

— Tampoco — hizo una mueca mientras decía aquello, un tanto fastidiada. Al menos no había salido de casa solo para aquello, sino que había sido mandada por su bondadoso padre. Le daba mucha pereza tener que pensar que tendría que ir después al Diagon, en una librería abarrotada de personas cuya pureza de sangre era más que dudosa y que buscaban histéricos los libros para el nuevo curso. Tendría que haberlo hecho antes.

Tuvo que ponerse de puntillas para disponerse a coger un libro que parecía mínimamente interesante cuando Charles abrió la boca para llamar su atención. Dejó lo que estaba haciendo para echarle un vistazo. Pero lo que más le había llamado la atención era lo que él había dicho. Tenía unos planes de futuro parecidos a los propios.

— No serás el único. Nosotros haremos lo mismo cuando terminemos — Amycus y ella. No añadió a Regulus porque informar de sus intenciones ya lo haría si le convenía o interesaba él, prefería no meter la pata por si acaso — Me gustaría acabar Hogwarts ya también — pero dudaba que fuera una opción que pudiera tomar así por las buenas, a no ser que las cosas en el mundo mágico se torcieran especialmente —. Black me dejó uno parecido hace unos días. Tiene buena pinta, seguro que será útil — le dio el vistobueno tras leer por encima la contraportada, aunque muy probablemente su opinión no le importara mucho a Mulciber.

Podría un poco rara, pero era inteligente y ambos se entendieron. No hacía falta decir más, pues no se sabía nunca quien podía estar escuchando y cuando solo hacían falta un par de palabras, ¿para qué utilizar más? Lo volvió a ojear, ya con un poco más de detenimiento. Black. Charles a veces pensaba que solo le soportaba porque era de buena familia. Pero acababa de caerle en gracia. Pero en fin, es lo que le había tocado. - Black ... - Susurró el serpiente para el cuello de su camiseta. Asintió un par de veces, como haciéndole ver a Carrow que había tomado en cuenta su consideración. Después, aún con el libro entre la manos, se giró levemente para preguntarle algo que seguro tomaría mucho más en cuenta que la recomendación del libro. - ¿Qué piensas de él? - Soltó de golpe. Viniendo de Alecto tampoco esperaba buenas palabras, pues al fin y al cabo, todo el mundo sabía que solo dedicaba buenas palabras a su querídisimo hermano mellizo.

El tono de Mulciber era desinteresado, como si fuera una conversación intrascendente. Pero tanto Mulciber como Carrow compartían Sala Común y vestuario así que alguna opinión tendría que tener acerca de Regulus. Aunque si Alecto había estado atenta sabría que la relación de Marcus y Regulus no era precisamente la mejor de mundo, pues cuando podían el uno al otro se dedicaban lindas puntillitas que obviamente tenían doble intención. - Creo que lo pondré en el grupo de los posibles - Comentó nuevamente esta vez en relación al libro mientras volvía a colocarlo en su lugar. Antes de comprar algún libro quería estar seguro de que mereciera la pena. Así que volvió a ojear nuevamente la estantería.

La pregunta que formuló Mulciber la pilló tan desprevenida como el saludo de antes, aunque obviamente esta vez no se sobresaltó. Simplemente enarcó una ceja. Qué pensaba sobre Regulus Black. Pocas veces se planteaba cuestiones de aquel tipo. A decir verdad, era una de las pocas personas cuya presencia no le daba dolor de cabeza ni le resultaba increíblemente molesta. Al fin y al cabo, se podía decir que, de cierta manera, podía contar con él si necesitaba aluna cosa, como aquellos libros de Artes Oscuras.

— No me cae mal, lo tolero — eso ya era mucho, sobre todo teniendo en cuenta de quién venían las palabras —. ¿Por qué lo dices? — ahora sí que miró a Mulciber a los ojos, tratando de ver qué le transmitían los ojos castaños de su interlocutor.

No nos equivoquemos. No es que a Alecto le interesara un posible cotilleo, ni nada parecido. Era una forma de continuar la conversación. Que si Mulciber le contestaba a la pregunta o la esquivaba completamente a Carrow le daría completa y absolutamente igual.

— ¿En qué rama de las Artes Oscuras estás más interesado? — esto ya sí que le interesaba un poquito más, no por ayudarle a encontrar algo, eos ya era secundario, sino para ver qué pensaba Mulciber que era algo básico para formar parte de las filas del Señor Tenebroso.