sweet pink lips —Adeline L.

La verdad, no sabía exactamente para qué había acabado en las Tres Escobas, no tenía ningún plan en absoluto, una lechuza me había citado ahí aunque a decir verdad parecía una de esas bromas que ya me habían gastado en alguna que otra ocasión, y yo de buena que era la verdad que a veces parecía tonta, no me tomaban nada en serio la gran mayoría de las veces, y lo peor de todo es que quien quiera que hubiera sido seguramente si luego necesitaba ayuda con algún problema yo se la brindaría sin ningún tipo de objeción. Tampoco llevaba mucho tiempo esperando, pero al escuchar la gente que había por allí, casi como siempre, las Tres Escobas repleta de gente... Cómo no, si prácticamente era el lugar que más clientela atraía de todo Hogsmade, o al menos era algo de lo que yo misma me había dado cuenta, que fuese o no fuese verdad, era lo que había visto yo aunque claro, una nacida de muggles que prácticamente no veía nada de lo que sucedía en el mundo mágico por propio desconocimiento e ignorancia... Me hacía sentir muy incómoda, aunque por suerte solo me quedaban dos años para terminar en Hogwarts y empezar aquella nueva vida con la que había soñado más de una vez, la tímida, impura y patética Adeline, convertida en una bruja de provecho.

Un escalofrío recorrió mi espalda mientras miraba de nuevo aquella nota que me había citado allí, "Necesito tu ayuda con un problema." Me sentía observada cuando en realidad nadie se había percatado de que allí me encontraba yo, un pensamiento se me pasó por la cabeza en ese momento, de seguir así podría hacerme ladrona mágica, si nadie me veía ni se percataban de mi presencia me sería fácil. Me reí con aquello sin mucho entusiasmo para mí misma y volví a centrarme en la nota para ver si me resultaba familiar la letra para tratar de encontrar al culpable. Frunciendo el ceño y haciendo memoria de las letras de mis compañeros, casi parecía que podría hacer levitar la nota en cualquier momento sin necesidad de una varita. Unos golpes en la mesa me sobresaltaron, cómo no, ya me había vuelto a asustar ante algo que no había visto venir, ya casi parecía un acto reflejo. Recé para que no se hubiera dado cuenta de aquello quien quiera que fuese y alcé mi mirada, arrugando el papel y guardándolo en el bolsillo de mi chaqueta mientras preguntaba. Negué moviendo la cabeza lentamente de un lado a otro. -No, no está ocupado.- Contesté pensando en que lo que haría sería lo típico de llevarse la silla a otra mesa, aunque siguió hablando y me dejó un poco descolocada. De hecho, la miré con una expresión de sorpresa por mi parte. -Adelante, aunque no sé qué te podría ofrecer "una chica como yo."- Contesté mientras me acomodaba algo más en la silla haciéndole un gesto invitándola a sentarse.

Me incomodaba tenerla tan cerca, la había permitido que se sentase aunque no pensaba que se sentase a mi lado, y obviamente tampoco lo esperaba, no acostumbraba a tener gente tan cerca en esta clase de momentos... Siempre era una conversación muy corta, una nacida de muggles tan torpe y patética como yo... ¿Quién en su sano juicio según estaba la sociedad mágica me dedicaría tiempo? Si ni si quiera sabía cómo funcionaba gran parte de todo lo que era conocido como el mundo mágico. Un montón de cosas que ofrecerle... ¿Creía eso? Pues se notaba que esta chica no me conocía muy bien a decir verdad. Preferí no contestar a eso que dijo y sonreí, de forma un poco forzada de la que rezaba para que no se diese cuenta de aquello. Sus palabras me hacían tener cierta curiosidad, ¿Ofrecerme algo? ¿El qué? Y la pregunta clave ¿Por qué me iba a ofrecer algo?

Oh, me quería invitar a algo. En cuanto lo dijo me puse a pensar en qué querría tomar... No era un restaurante ni un bar muggle por lo que esa clase de refrescos tenía mis dudas de que los tuviesen para ofrecer así que ya se me ocurrió algo. Reí con lo que dijo, me hizo gracia lo cuál me hacía sentirme extrañamente cómoda con una completa desconocida. Esperé a que pidiese ella, por pura cortesía mientras jugaba con un mechón de mi pelo enrollándolo en un dedo. -Yo... Tomaré un zumo de calabaza.- Pedí justo inmediatamente después de que ella hubiese pedido lo suyo, no era muy partidaria de esas cosas. Probé una vez el alcohol en el mundo muggle y me juré que no lo volvería a probar nunca más.

¡Al fin! Ya sabía su nombre, Bee, un poco raro... Supuse que se trataría de un apodo y que no le gustaría su nombre, a mucha gente le pasaba, a mí no me gustaba que me llamasen Adeline, prefería Ade, que era más simple y cercano aunque realmente había poca gente que quisiera llamarme así. Suspiré cuando me preguntó. -Yo, soy Adeline...- Contesté con la voz entrecortada, soltando ya aquel mechón de pelo con el que estaba entretenida... Se me olvidaba completamente cuando estaba nerviosa de que hacía eso pero era inconsciente y lo consideraba una manía un poco insalubre. -Aunque puedes llamarme Ade.- Sonreí mientras miraba hacia la barra buscando donde estaban con nuestro pedido.

OFF: Perdona que sea un post raro y caquita, pero mi inspiración es nula hoy