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What's your secret? — {Remus}
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What's your secret? — {Remus}
Aun se preguntaba como era que había cometido aquel error, no era propio de ella olvidarse de algo tan importante, pero lo había hecho. Estuvo la semana anterior en el callejón Diagon junto a su madre y su hermano y se olvidó de comprar el libro de pociones, por eso era que había tenido que volver de nuevo. Lo único que esperaba era no tener un encontronazo como el que tuvo la vez anterior con Goyle, no fue nada agradable.
Lo bueno de ir sola era que no tenía que lidiar con las desapariciones de su hermano, ni tampoco con la desesperación de su madre cuando Jake liaba alguna de las suyas. En cierta medida envidiaba a su hermano, era hiperactivo y hacía las cosas sin pensar, y en cambio, ella era calmada y siempre se tomaba su tiempo para reflexionar las cosas antes de actuar. Caracteres totalmente opuestos para compartir la misma sangre, pero eso no impedía que estuviesen muy unidos. De seguro le habría encantado acompañarla si se lo hubiera propuesto. Pero era algo que quería hacer rápido para después dedicar el resto del día a mirar si encontraba algo más para llevarse en su último año. Suspiró al pensar que aquella sería la última vez en que preparar su baúl para ir a Hogwarts, sería el último año en que tendría que preocuparse por sus estudios y por memorizar cada hechizo. Sin duda iba a extrañar aquello.
Llegó a la librería Flourish y Blotts y entró en ella. Para su sorpresa, no había tanta gente como esperaba que hubiese, solo algunos rezagados que lo habían dejado para última hora. Se apresuró a buscar el libro que necesitaba entre todas aquellas estanterías y cuando por fin dio con el que estaba buscando, dio la casualidad de que se encontraba en la estantería más alta. — Esto debe ser una broma. — al no ver ninguna escalera a su al rededor, se puso de puntillas y estiró la mano todo lo que pudo para alcanzarlo. Se sentía un poco idiota, porque podría bajarlo fácilmente con un simple hechizo, pero aun le quedaba un año para poder usar la magia fuera de Hogwarts. Miró a su alredor en busca de alguien que pudiera ayudarla e inmediatamente su mirada se centró en la única persona de la tienda que conocía. Remus Lupin, habían estado durante seis años en el mismo curso y a pesar de que nunca se habían parado a tener una conversación lo suficientemente larga, durante todos aquellos años, aquel chico había llamado su atención. Era muy observadora, por eso llevaba tiempo percatándose de que pasaba algo raro con él y si ese iba a ser su último año, quería averiguar aquel misterio. — ¡Eh! ¡Remus! — lo llamó por su nombre para llamar su atención y se acercó a él. — Necesito tu ayuda, no puedo alcanzar el libro que está sobre aquella estantería. — hizo un gesto con la cabeza para señalar el lugar en el que se encontraba. Era más alto que ella, no tenía que tener ningún problema para alcanzarlo — ¿Me harías el favor de alcanzarlo para mi? — lo miró a los ojos esperando que el muchacho aceptara aquello.
Lo bueno de ir sola era que no tenía que lidiar con las desapariciones de su hermano, ni tampoco con la desesperación de su madre cuando Jake liaba alguna de las suyas. En cierta medida envidiaba a su hermano, era hiperactivo y hacía las cosas sin pensar, y en cambio, ella era calmada y siempre se tomaba su tiempo para reflexionar las cosas antes de actuar. Caracteres totalmente opuestos para compartir la misma sangre, pero eso no impedía que estuviesen muy unidos. De seguro le habría encantado acompañarla si se lo hubiera propuesto. Pero era algo que quería hacer rápido para después dedicar el resto del día a mirar si encontraba algo más para llevarse en su último año. Suspiró al pensar que aquella sería la última vez en que preparar su baúl para ir a Hogwarts, sería el último año en que tendría que preocuparse por sus estudios y por memorizar cada hechizo. Sin duda iba a extrañar aquello.
Llegó a la librería Flourish y Blotts y entró en ella. Para su sorpresa, no había tanta gente como esperaba que hubiese, solo algunos rezagados que lo habían dejado para última hora. Se apresuró a buscar el libro que necesitaba entre todas aquellas estanterías y cuando por fin dio con el que estaba buscando, dio la casualidad de que se encontraba en la estantería más alta. — Esto debe ser una broma. — al no ver ninguna escalera a su al rededor, se puso de puntillas y estiró la mano todo lo que pudo para alcanzarlo. Se sentía un poco idiota, porque podría bajarlo fácilmente con un simple hechizo, pero aun le quedaba un año para poder usar la magia fuera de Hogwarts. Miró a su alredor en busca de alguien que pudiera ayudarla e inmediatamente su mirada se centró en la única persona de la tienda que conocía. Remus Lupin, habían estado durante seis años en el mismo curso y a pesar de que nunca se habían parado a tener una conversación lo suficientemente larga, durante todos aquellos años, aquel chico había llamado su atención. Era muy observadora, por eso llevaba tiempo percatándose de que pasaba algo raro con él y si ese iba a ser su último año, quería averiguar aquel misterio. — ¡Eh! ¡Remus! — lo llamó por su nombre para llamar su atención y se acercó a él. — Necesito tu ayuda, no puedo alcanzar el libro que está sobre aquella estantería. — hizo un gesto con la cabeza para señalar el lugar en el que se encontraba. Era más alto que ella, no tenía que tener ningún problema para alcanzarlo — ¿Me harías el favor de alcanzarlo para mi? — lo miró a los ojos esperando que el muchacho aceptara aquello.
Ishtar A. Braden- Estudiante de Ravenclaw
Re: What's your secret? — {Remus}
Había estado procrastinando durante todo el verano y en aquellos momentos pagaba las consecuencias de sus acciones, ahora, en aquellos momentos en las que el Callejón Diagon se encontraba repleto de estudiantes de primer y segundo año acompañados de sus padres y causando tremendo alboroto cayó en cuenta que las compras debió de haberlas hecho con anticipación, quizá si hubiera aceptado la invitación de Peter hacía un par de días a recoger los libros que le faltaban en estos momentos se encontraría con el resto de sus amigos en casa del anteriormente mencionado y no en medio del Callejón viendo que establecimiento no se encontraba repleto de padres de familia y niños ilusionados.
Al pasar por Ollivanders no pudo evitar esbozar una sonrisa un tanto nostálgica al ver la ilusión de una pequeña sosteniendo por primera vez su varita, recordaba aquella emoción que llenaba el pecho de orgullo, y un sentimiento que no podría llamar exactamente tristeza lo invadió al saber que iniciando Septiembre su último curso en el Colegio comenzaba, había pasado por tanto dentro de las paredes del castillo que tan solo pensar en dejarlo todo atrás hacía que la sonrisa poco a poco disminuyera, no se percataba exactamente hacia donde lo llevaban sus propios pies hasta que se encontró frente a Flourish & Blotts, empezar por los libros que necesitaba parecía una buena idea, pues quizá eso era lo que más terminaría utilizando en Hogwarts como le pasaba cada año, y presentía que este año estaría hasta la garganta de libros debido a los EXTASIS, además de tener que fungir como tutor de sus amigos de nueva cuenta.
El olor a libros tan familiar del establecimiento le inundó la nariz y de nueva cuenta lo hizo sonreír, no sabía cuanto extrañaba las visitas a Diagon hasta que se encontraba merodeando en los distintos establecimientos, escaneó la librería rápidamente a la espera de encontrar algunas caras conocidas, algunas resultaban familiares, pero ninguna de su misma generación, chasqueó la lengua entrando de lleno al local y comenzó a mirar de manera ausente los estantes, había un par de libros que había necesitado para cursos anteriores y una sonrisa asomó de sus comisuras al tomar uno de ellos sin poder evitar las largas noches en las que terminó junto con Peter explicando a James y Sirius algunas costumbres muggle.
Se giró bruscamente al escuchar su nombre y una sonrisa tímida asomó de sus labios al ver a la rubia acercándose, había veces que el contacto con compañeros del colegio ajenos a su círculo de amigos le resultaba un tanto incómodo — Buen día Ish — saludó de manera cortés antes de escuchar la petición de la contraria y no pudo evitar soltar una suave risa, a veces fallaba en recordar que su estatura era la propia para llegar a lugares a los que muchos solo llegaban a base de escaleras — No es un problema — finalizó caminando hacia la estantería alzando el brazo para alcanzar el libro, sin mucho esfuerzo lo logró y lo miró durante unos segundos — Pociones ¿Eh? — comentó amablemente — Asignatura un tanto complicada — finalizo.
Al pasar por Ollivanders no pudo evitar esbozar una sonrisa un tanto nostálgica al ver la ilusión de una pequeña sosteniendo por primera vez su varita, recordaba aquella emoción que llenaba el pecho de orgullo, y un sentimiento que no podría llamar exactamente tristeza lo invadió al saber que iniciando Septiembre su último curso en el Colegio comenzaba, había pasado por tanto dentro de las paredes del castillo que tan solo pensar en dejarlo todo atrás hacía que la sonrisa poco a poco disminuyera, no se percataba exactamente hacia donde lo llevaban sus propios pies hasta que se encontró frente a Flourish & Blotts, empezar por los libros que necesitaba parecía una buena idea, pues quizá eso era lo que más terminaría utilizando en Hogwarts como le pasaba cada año, y presentía que este año estaría hasta la garganta de libros debido a los EXTASIS, además de tener que fungir como tutor de sus amigos de nueva cuenta.
El olor a libros tan familiar del establecimiento le inundó la nariz y de nueva cuenta lo hizo sonreír, no sabía cuanto extrañaba las visitas a Diagon hasta que se encontraba merodeando en los distintos establecimientos, escaneó la librería rápidamente a la espera de encontrar algunas caras conocidas, algunas resultaban familiares, pero ninguna de su misma generación, chasqueó la lengua entrando de lleno al local y comenzó a mirar de manera ausente los estantes, había un par de libros que había necesitado para cursos anteriores y una sonrisa asomó de sus comisuras al tomar uno de ellos sin poder evitar las largas noches en las que terminó junto con Peter explicando a James y Sirius algunas costumbres muggle.
Se giró bruscamente al escuchar su nombre y una sonrisa tímida asomó de sus labios al ver a la rubia acercándose, había veces que el contacto con compañeros del colegio ajenos a su círculo de amigos le resultaba un tanto incómodo — Buen día Ish — saludó de manera cortés antes de escuchar la petición de la contraria y no pudo evitar soltar una suave risa, a veces fallaba en recordar que su estatura era la propia para llegar a lugares a los que muchos solo llegaban a base de escaleras — No es un problema — finalizó caminando hacia la estantería alzando el brazo para alcanzar el libro, sin mucho esfuerzo lo logró y lo miró durante unos segundos — Pociones ¿Eh? — comentó amablemente — Asignatura un tanto complicada — finalizo.
Remus J. Lupin- Prefecto de Gryffindor
Re: What's your secret? — {Remus}
Se alegraba de haberlo encontrado en la tienda, con gran facilidad, había alcanzado el libro que a ella tanto le había costado incluso llegar solamente a rozar con la punta de los dedos. En cambio Remus no había tenido que hacer ningún esfuerzo, ser alto tenía sus ventajas, pero no se avergonzaba de su estatura. Porque ser alto también tenía algunos inconvenientes de los que ella no tenía ni que preocuparse. — Sí, suerte que ya este año es el último, quiero sacar la mejor nota en los EXTASIS — y una vez que hubiera pasado por ellos ya todo terminaría, se graduaría en Hogwarts y podría optar a tener un empleo en el mundo mágico. — Gracias, si no fuera por ti aun estaría intentando cogerlo a base de saltos — hizo una mueca divertida con los labios y acto seguido una ligera carcajada salió de ellos al imaginarse aquella escena tan tonta de si misma en su cabeza.
Miró un momento a su alrededor, no había nadie más en la tienda a quien conociera y no le extrañaba, ya vio a casi todos sus conocidos la semana anterior. Fijó nuevamente la vista en el chico que tenía delante, con notable curiosidad en su mirada. — ¿Como han ido tus vacaciones? ¿No has extrañado Hogwarts? — una sonrisa se dibujó en sus labios al hacerle aquellas preguntas. Había extrañado mucho el colegio y pensar que solo le quedaba un año para disfrutar de aquel lugar, hacía que la nostalgia la invadiese. No le importaría volver a tener once años para volver a revivir aquel maravilloso tiempo que había pasado en aquel lugar. Los mejores años de su vida. — Yo si que he echado en falta las clases, no poder hacer magia a veces es un poco frustrante. — y más en su casa donde ni siquiera su madre hacía magia. Admiraba mucho la fuerza de voluntad que tenía aquella mujer, ella no creía ser capaz de contener su magia después de finalizar sus estudios.
Mientras más tiempo pasaba con Remus, no podía evitar recordar lo mucho que lo había estado observando durante aquellos años. No sabía el momento exacto en el que se empezó a fijar en aquel chico. Tenían la misma edad e iban al mismo curso desde que se iniciaron en el colegio, pero hubo un momento en el que se dio cuenta que sucedía algo extraño con él. Al principio pensaba que solo era su imaginación, pero con el tiempo se dio cuenta de que no era así y que seguía un patrón. Una vez al mes, había notado que su carácter cambiaba y se veía diferente. Pero no era algo fácil de averiguar para una persona que apenas lo conocía. Era por eso que siempre había tenido cierto interés en acercarse — ¿Entonces tú también has dejado las compras para última hora? — preguntó para satisfacer su curiosidad. Lo más probable fuese que sí, aunque tal vez le hubiese pasado como a ella, que se le había olvidado comprar aquel libro. O puede que estuviera acompañando a alguien que ella ni siquiera conocía. Pero si descartaba aquella posibilidad, tal vez pudiera acompañarle durante parte de aquel día y tal vez, así pudiera averiguar aquel misterio que envolvía a Remus.
Miró un momento a su alrededor, no había nadie más en la tienda a quien conociera y no le extrañaba, ya vio a casi todos sus conocidos la semana anterior. Fijó nuevamente la vista en el chico que tenía delante, con notable curiosidad en su mirada. — ¿Como han ido tus vacaciones? ¿No has extrañado Hogwarts? — una sonrisa se dibujó en sus labios al hacerle aquellas preguntas. Había extrañado mucho el colegio y pensar que solo le quedaba un año para disfrutar de aquel lugar, hacía que la nostalgia la invadiese. No le importaría volver a tener once años para volver a revivir aquel maravilloso tiempo que había pasado en aquel lugar. Los mejores años de su vida. — Yo si que he echado en falta las clases, no poder hacer magia a veces es un poco frustrante. — y más en su casa donde ni siquiera su madre hacía magia. Admiraba mucho la fuerza de voluntad que tenía aquella mujer, ella no creía ser capaz de contener su magia después de finalizar sus estudios.
Mientras más tiempo pasaba con Remus, no podía evitar recordar lo mucho que lo había estado observando durante aquellos años. No sabía el momento exacto en el que se empezó a fijar en aquel chico. Tenían la misma edad e iban al mismo curso desde que se iniciaron en el colegio, pero hubo un momento en el que se dio cuenta que sucedía algo extraño con él. Al principio pensaba que solo era su imaginación, pero con el tiempo se dio cuenta de que no era así y que seguía un patrón. Una vez al mes, había notado que su carácter cambiaba y se veía diferente. Pero no era algo fácil de averiguar para una persona que apenas lo conocía. Era por eso que siempre había tenido cierto interés en acercarse — ¿Entonces tú también has dejado las compras para última hora? — preguntó para satisfacer su curiosidad. Lo más probable fuese que sí, aunque tal vez le hubiese pasado como a ella, que se le había olvidado comprar aquel libro. O puede que estuviera acompañando a alguien que ella ni siquiera conocía. Pero si descartaba aquella posibilidad, tal vez pudiera acompañarle durante parte de aquel día y tal vez, así pudiera averiguar aquel misterio que envolvía a Remus.
Ishtar A. Braden- Estudiante de Ravenclaw
Re: What's your secret? — {Remus}
Ishtar con facilidad era una de las pocas chicas con las que había entablado conversaciones que de alguna u otra manera no habían sacado a relucir su estado sentimental y mucho menos el de sus amigos, se había ya acostumbrado a este hecho e inclusive había perfeccionado el evadirlas con un par de palabras, pero en las vacaciones aquella habilidad se había oxidado, en realidad parecía que todas sus habilidades sociales habían desaparecido y en esos momentos solamente estaba programado para sonreír, reír y asentir con la cabeza.
Carraspeó levemente y se pasó una mano por la cabellera alborotada y con un ligero movimiento de hombros intentó que simulara un gesto desenfadado — Lily podría ayudarte en eso — comentó un tanto ausente — Es una buena profesora — añadió mientras negaba varias veces con la cabeza — Es un placer ayudar a las señoritas en apuros — respondió con falsa galantería y un guiño un tanto infantil, manías que había adquirido al estar tanto tiempo entre Sirius y James — Más aún si solamente llegan al penúltimo estante a base de saltos — sonrió mientras la miraba detenidamente.
La pregunta que salió de labios de la rubia lo tomó un poco desprevenido, la mayoría de las personas a las que se había encontrado intentaban evitar el tema de Hogwarts lo más posible, muchos de sus compañeros todavía se encontraban en negación a volver al castillo, más aún por que el último año se avecinaba y el tema de los EXTASIS y más aún de la graduación no estaban en la conversación predilecta de absolutamente nadie, suspiró — Las vacaciones han sido como cada año, cartas de Sirius, cartas de James, visitas de Peter... — comenzó a hablar pero se detuvo de manera súbita, nunca hablaba de sus amigos con otras personas, puesto que si hablaba de más terminaría en un aprieto mucho más grande — Lo mismo de siempre, ¿Tú como has pasado tu verano? — cambió el tema con rapidez y ensanchó la sonrisa con la esperanza de que la rubia fuese lo suficientemente distraída para dejar el tema de lado.
Una carcajada salió de sus labios al tiempo que escuchaba el siguiente comentario de la joven mientras negaba repetidamente con la cabeza, en todos los años que había estado en el Colegio nunca había entendido la necesidad constante del uso de la magia, por supuesto la utilizaba en el periodo escolar pues en ocasiones la realización de las bromas de los Merodeadores era imposible sin la ayuda de la varita, pero en periodos vacacionales mientras sus amigos sufrían por la prohibición del uso de la magia fuera del Colegio, Remus la pasaba bastante bien con los artefactos muggle que se encontraban en su hogar, de cierta manera lo hacían sentir un poco más humano — Solamente te falta un año, después de eso podrías usar magia en dónde gustes — comentó en un tono de voz más bien bajo.
Asintió mientras se encogía de hombros ligeramente, él no era de esa clase de personas que esperaba hasta los últimos momentos para realizar las compras necesarias, más bien lo hacía de manera inmediata, pero las cosas en casa no habían estado bien los últimos días y Remus había optado por esconderse en la comodidad de su habitación solamente respondiendo las cartas que parecieran importantes —Es la primera vez que me pasa, y no sabes cuanto me arrepiento — comentó con una risa seca —Usualmente hago las compras con mis amigos, lo cual lo hace mucho más fácil — finalizó con un leve suspiro.
Carraspeó levemente y se pasó una mano por la cabellera alborotada y con un ligero movimiento de hombros intentó que simulara un gesto desenfadado — Lily podría ayudarte en eso — comentó un tanto ausente — Es una buena profesora — añadió mientras negaba varias veces con la cabeza — Es un placer ayudar a las señoritas en apuros — respondió con falsa galantería y un guiño un tanto infantil, manías que había adquirido al estar tanto tiempo entre Sirius y James — Más aún si solamente llegan al penúltimo estante a base de saltos — sonrió mientras la miraba detenidamente.
La pregunta que salió de labios de la rubia lo tomó un poco desprevenido, la mayoría de las personas a las que se había encontrado intentaban evitar el tema de Hogwarts lo más posible, muchos de sus compañeros todavía se encontraban en negación a volver al castillo, más aún por que el último año se avecinaba y el tema de los EXTASIS y más aún de la graduación no estaban en la conversación predilecta de absolutamente nadie, suspiró — Las vacaciones han sido como cada año, cartas de Sirius, cartas de James, visitas de Peter... — comenzó a hablar pero se detuvo de manera súbita, nunca hablaba de sus amigos con otras personas, puesto que si hablaba de más terminaría en un aprieto mucho más grande — Lo mismo de siempre, ¿Tú como has pasado tu verano? — cambió el tema con rapidez y ensanchó la sonrisa con la esperanza de que la rubia fuese lo suficientemente distraída para dejar el tema de lado.
Una carcajada salió de sus labios al tiempo que escuchaba el siguiente comentario de la joven mientras negaba repetidamente con la cabeza, en todos los años que había estado en el Colegio nunca había entendido la necesidad constante del uso de la magia, por supuesto la utilizaba en el periodo escolar pues en ocasiones la realización de las bromas de los Merodeadores era imposible sin la ayuda de la varita, pero en periodos vacacionales mientras sus amigos sufrían por la prohibición del uso de la magia fuera del Colegio, Remus la pasaba bastante bien con los artefactos muggle que se encontraban en su hogar, de cierta manera lo hacían sentir un poco más humano — Solamente te falta un año, después de eso podrías usar magia en dónde gustes — comentó en un tono de voz más bien bajo.
Asintió mientras se encogía de hombros ligeramente, él no era de esa clase de personas que esperaba hasta los últimos momentos para realizar las compras necesarias, más bien lo hacía de manera inmediata, pero las cosas en casa no habían estado bien los últimos días y Remus había optado por esconderse en la comodidad de su habitación solamente respondiendo las cartas que parecieran importantes —Es la primera vez que me pasa, y no sabes cuanto me arrepiento — comentó con una risa seca —Usualmente hago las compras con mis amigos, lo cual lo hace mucho más fácil — finalizó con un leve suspiro.
Remus J. Lupin- Prefecto de Gryffindor
Re: What's your secret? — {Remus}
— Sí, estuve con ella hace poco. — comentó tras escuchar la sugerencia de Remus. Conocía a Lily de haber pasado con ella los anteriores cursos y podía decir que era una de las personas que admiraba. Tenía varías cosas en común con ella, pero la pelirroja era perfecta en todo lo que conocía. Aún así no la enviaba, se sentía orgullosa de ser una buena amiga de Evans. — Aunque, a ti también se te dan bien los estudios. — apuntó. Era de los mejores de su promoción, ahí también estaba parte de la curiosidad que sentía hacia él.
Una nueva carcajada salió de sus labios, pero quería aparentar seriedad para lo que iba a decir a continuación, algo muy difícil para ella, que reía por cualquier cosa. — Pero hagamos una cosa... — se acercó un poco más a Remus con aire confidente, y como si de un secreto se tratara se apresuró a susurrarle. — Mejor no comentemos esto en Hogwarts ¿Te imaginas que un fantasma se enterase y corriera el rumor de que anduve haciendo de canguro? Sería todo un drama. — exageró la preocupación en su tono de voz al pronunciar esas palabras. Con una sonrisa en los labios y tratando de contener la gran carcajada que asomaba por semejante estupidez, volvió a retomar la distancia. — Recuerda, es un secreto. — terminó por responder, poniendo un dedo sobre sus labios, ya sin poder evitar la risa.
Conocía a cada uno de los mencionados por Remus, sabía que los cuatro eran grandes amigos y estaban muy unidos, no había que ser muy observador para darse cuenta de eso, todo el colegio lo sabía. — Debes echarlos de menos, pensé que tal vez los cuatro pasabais el verano juntos. — comentó sin querer indagar más en aquel tema. Había notado la rapidez con la que había desviado la conversación y no quería incomodarlo. Por lo que sabía de él y lo que había notado cuando hablaban es que era bastante reservado. — Yo he dedicado el verano a estar con mi familia. He ayudado a mi hermano a repasar algunas cosas y he practicado varias recetas de cocina para entretenerme, aunque después mi hermano las echaba a perder añadiendo algún ingrediente que no debía. — a medida que hablaba de Jake, la sonrisa en sus labios se iba ensanchando. A pesar de todas sus travesuras y los problemas que pudiera causarle, es la persona a la que más unida se sentía. — Una vez metió una rana de chocolate en la ensalada, a mi padre casi le dio un infarto cuando saltó sobre él. No está nada acostumbrado al mundo mágico y siente reparo hacia esas cosas.— no tenía ningún reparo en hablar sobre cualquier tema, incluido su familia.
Un año solo, lo tenía bien presente a pesar del recordatorio del muchacho. Pero si lo pensaba bien, a pesar de poder usar la magia, si seguía con sus padres seguiría sin poder practicarla en su casa, al menos no delante de su padre. Tendría que empezar a pensar en vivir sola si quería empezar a formar parte del mundo mágico. Eso la entristecía, no quería dejar a su familia tan pronto. — ¿Que harás una vez te gradúes? — preguntó con curiosidad. Ahora que había pensado en que haría una vez se graduase, había sentido la necesidad de saber que sería del castaño.
Rió al escuchar el comentario de Remus, ella también se había arrepentido cuando se dio cuenta de que se había olvidado de comprar aquel libro. Pero ahora su arrepentimiento ya no era tanto, se había encontrado con el chico y no le importaba pasar aquel rato con él. — No soy uno de tus amigos, pero a mi no me importaría acompañarte en tus compras. Así no será tanta tortura. — se ofreció esperando que no hubiera un rechazo por su parte.
Una nueva carcajada salió de sus labios, pero quería aparentar seriedad para lo que iba a decir a continuación, algo muy difícil para ella, que reía por cualquier cosa. — Pero hagamos una cosa... — se acercó un poco más a Remus con aire confidente, y como si de un secreto se tratara se apresuró a susurrarle. — Mejor no comentemos esto en Hogwarts ¿Te imaginas que un fantasma se enterase y corriera el rumor de que anduve haciendo de canguro? Sería todo un drama. — exageró la preocupación en su tono de voz al pronunciar esas palabras. Con una sonrisa en los labios y tratando de contener la gran carcajada que asomaba por semejante estupidez, volvió a retomar la distancia. — Recuerda, es un secreto. — terminó por responder, poniendo un dedo sobre sus labios, ya sin poder evitar la risa.
Conocía a cada uno de los mencionados por Remus, sabía que los cuatro eran grandes amigos y estaban muy unidos, no había que ser muy observador para darse cuenta de eso, todo el colegio lo sabía. — Debes echarlos de menos, pensé que tal vez los cuatro pasabais el verano juntos. — comentó sin querer indagar más en aquel tema. Había notado la rapidez con la que había desviado la conversación y no quería incomodarlo. Por lo que sabía de él y lo que había notado cuando hablaban es que era bastante reservado. — Yo he dedicado el verano a estar con mi familia. He ayudado a mi hermano a repasar algunas cosas y he practicado varias recetas de cocina para entretenerme, aunque después mi hermano las echaba a perder añadiendo algún ingrediente que no debía. — a medida que hablaba de Jake, la sonrisa en sus labios se iba ensanchando. A pesar de todas sus travesuras y los problemas que pudiera causarle, es la persona a la que más unida se sentía. — Una vez metió una rana de chocolate en la ensalada, a mi padre casi le dio un infarto cuando saltó sobre él. No está nada acostumbrado al mundo mágico y siente reparo hacia esas cosas.— no tenía ningún reparo en hablar sobre cualquier tema, incluido su familia.
Un año solo, lo tenía bien presente a pesar del recordatorio del muchacho. Pero si lo pensaba bien, a pesar de poder usar la magia, si seguía con sus padres seguiría sin poder practicarla en su casa, al menos no delante de su padre. Tendría que empezar a pensar en vivir sola si quería empezar a formar parte del mundo mágico. Eso la entristecía, no quería dejar a su familia tan pronto. — ¿Que harás una vez te gradúes? — preguntó con curiosidad. Ahora que había pensado en que haría una vez se graduase, había sentido la necesidad de saber que sería del castaño.
Rió al escuchar el comentario de Remus, ella también se había arrepentido cuando se dio cuenta de que se había olvidado de comprar aquel libro. Pero ahora su arrepentimiento ya no era tanto, se había encontrado con el chico y no le importaba pasar aquel rato con él. — No soy uno de tus amigos, pero a mi no me importaría acompañarte en tus compras. Así no será tanta tortura. — se ofreció esperando que no hubiera un rechazo por su parte.
Ishtar A. Braden- Estudiante de Ravenclaw
Re: What's your secret? — {Remus}
Una sonrisa un tanto tímida se asomó de los labios de Lupin al escuchar el comentario de la rubia, sabía que sus notas eran en ocasiones ejemplos que los profesores daban como una motivación a los demás estudiantes, principalmente para que sus amigos dejasen de vagabundear en ciertas asignaturas, pero el hecho de que alguien ajeno a los Merodeadores reconociera el potencial de Remus era algo que para él joven lograba que se ruborizara aunque fuese un poco — Si necesitas ayuda, puedes pedirla, no me molesta hacerla de tutor, ya tengo un poco de experiencia — una risa un tanto seca salió de sus labios mientras se razcaba la nuca ausentemente, estaba un tanto nervioso.
Soltó una carcajada un tanto sonora al tiempo que escuchaba las palabras de la joven y la miró durante unos cuantos segundos con mirada divertida, nunca había hablado de aquella manera con la rubia, pues se limitaban a las conversaciones escolares, pero ahora, podía ver que era inclusive podría decirse encantadora — Tu secreto está a salvo conmigo — dijo entre risas guiñando un ojo — No queremos que Nick Casi Decapitado divulge aquella historia a la hora de la cena, una tragedia se avecinaría — finalizó entre risas graves y negación constante de la cabeza — Esto no saldrá de estas cuatro paredes, lo puedo jurar — añadió rápdiamente levantando la mano izquierda en señal de juramento.
Se encogió ligeramente de hombros y se giró para verle de frente nuevamente — Hemos pasado unos cuantos días juntos, pero Peter se ha marchado y bueno, James y Sirius están lidiando con unos cuantos problemas — finalizó con una media sonrisa, pues si bien los primeros días habían sido bastante buenos, los últimos días los había pasado ayudando a su padre a organizar cosas en la casa, una carcajada salió de sus labios al escuchar la historia de Ishtar — Tú hermano suena bastante interesante — comentó rápidamente — ¿Así que cocinas eh? — preguntó con un tinte de interés — Quizá algún día puedas deleitarme con uno de tus platillos — sonrió.
La pregunta lo tomó completamente por sorpresa y se detuvo a meditarla unos cuantos segundos, nunca se había planteado realmente el que haría en un futuro, la oferta de trabajo para los de su clase era limitada, más que nada por los prejuicios que se habían formado a través de los años, pero eso la rubia no tenía que saberlo, es más nadie fuera de sus amigos debía enterarse — No tengo ni la más mínima idea — comentó fingiendo una sonrisa ancha — ¿Que hay de ti? ¿Algún trabajo soñado? — preguntó con un toque de curiosidad.
Ensanchó la sonrisa y le tiró un brazo sobre los hombros de manera amistosa y un tanto desenfadada mientras la miraba a los ojos directamente — No serás una de mis amigos — estuvo de acuerdo por un momento — Pero podemos conocernos en esta tarde, ¿Te parece la idea? —.
Soltó una carcajada un tanto sonora al tiempo que escuchaba las palabras de la joven y la miró durante unos cuantos segundos con mirada divertida, nunca había hablado de aquella manera con la rubia, pues se limitaban a las conversaciones escolares, pero ahora, podía ver que era inclusive podría decirse encantadora — Tu secreto está a salvo conmigo — dijo entre risas guiñando un ojo — No queremos que Nick Casi Decapitado divulge aquella historia a la hora de la cena, una tragedia se avecinaría — finalizó entre risas graves y negación constante de la cabeza — Esto no saldrá de estas cuatro paredes, lo puedo jurar — añadió rápdiamente levantando la mano izquierda en señal de juramento.
Se encogió ligeramente de hombros y se giró para verle de frente nuevamente — Hemos pasado unos cuantos días juntos, pero Peter se ha marchado y bueno, James y Sirius están lidiando con unos cuantos problemas — finalizó con una media sonrisa, pues si bien los primeros días habían sido bastante buenos, los últimos días los había pasado ayudando a su padre a organizar cosas en la casa, una carcajada salió de sus labios al escuchar la historia de Ishtar — Tú hermano suena bastante interesante — comentó rápidamente — ¿Así que cocinas eh? — preguntó con un tinte de interés — Quizá algún día puedas deleitarme con uno de tus platillos — sonrió.
La pregunta lo tomó completamente por sorpresa y se detuvo a meditarla unos cuantos segundos, nunca se había planteado realmente el que haría en un futuro, la oferta de trabajo para los de su clase era limitada, más que nada por los prejuicios que se habían formado a través de los años, pero eso la rubia no tenía que saberlo, es más nadie fuera de sus amigos debía enterarse — No tengo ni la más mínima idea — comentó fingiendo una sonrisa ancha — ¿Que hay de ti? ¿Algún trabajo soñado? — preguntó con un toque de curiosidad.
Ensanchó la sonrisa y le tiró un brazo sobre los hombros de manera amistosa y un tanto desenfadada mientras la miraba a los ojos directamente — No serás una de mis amigos — estuvo de acuerdo por un momento — Pero podemos conocernos en esta tarde, ¿Te parece la idea? —.
Remus J. Lupin- Prefecto de Gryffindor
Re: What's your secret? — {Remus}
Se planteó aquella propuesta. No era asidua a pedir ayuda en temas referentes a los estudios, normalmente con ella misma se bastaba, salvo alguna que otra vez en las que había acudido a repasar alguna cosas con Lily. Pero nunca con nadie más, por eso lo tomó con algo de sorpresa. — Claro, si no te molesta alguna vez podríamos quedar en la biblioteca para repasar. — aceptó con gusto. No tenía porque ser malo estudiar con alguien más que no fuera su amiga, sobretodo si se trataba de Remus. — Prometo que no soy mala alumna. — añadió poniendo la cara más dulce que sabía.
Le resultaba agradable conocer más a fondo a su compañero de clases. Le parecía increíble que hubiera tardado seis años en darse cuenta de lo divertido que era y lo fácil que se le hacía reír con él. Era curioso darse de esos detalles. — Eres todo un caballero, Remus. Voy a a tener que empezar a considerarte como mi héroe particular. — se llevo ambas manos hasta sus mejillas y ladeó la cabeza de forma teatral, imitando el gesto de una damisela en apuros.
— Lo bueno es que no tardaréis mucho en veros. — comentó con una media sonrisa dándose por satisfecha. Ella también tenía gente a la que echaba de menos y con la que tenía ganas de reunirse. Estar rodeada de otra gente también la ayudaría a lidiar con los problemas en los que la metía Jake. — Ni te lo imaginas, podría regalártelo por un día, a ver si a ti te hace más caso del que me hace a mi. — rió solo de imaginarselo. La idea de que su hermano le hiciera caso a alguien que no fuera él mismo se le hacía inconcebible. — Sin problemas, cuando quieras. No soy una experta, pero si Jake no la estropea creo que la comida suele ser comible. — un leve rubor tiñó las mejillas de la joven. Nunca había cocinado para nadie que no fueran sus padres y su hermano y la opinión de ellos no le parecía del todo objetiva.
La respuesta de Remus no la convenció del todo, algo le había hecho desconfiar de su respuesta, tal vez fuese que aquella sonrisa no le había parecido del todo sincera. No tenía ni idea de porque no querría contarle sus planes de futuro, no era algo muy personal ¿Cierto? O tal vez fuera solo algo producto de su imaginación. — Tendrás que darte prisa, entonces. Solo te queda un año. — se limitó a recordarle, como si no desconfiase del todo de sus palabras. — Quiero trabajar en San Mungo, creo que tengo vocación para ello. — llevaba años pensando en eso y siempre llegaba a la misma conclusión, la de que podría dedicar el resto de su vida a sanar a los demás.
Sus ojos brillaron de emoción al mirar hacía los del castaño y una amplia sonrisa iluminó el rostro de Ishtar ante aquellas palabras. — Me parece una idea excelente. — pronunció la frase con lentitud, resaltando cada silaba. Ya no tenía ninguna duda, no se arrepentía de su olvido. — Yo ya tengo todo lo que necesito — señaló el susodicho libro, aquel que los había juntado en aquella situación. — Así que, lo que sea que necesites comprar, aquí estoy para ayudar. — respondió y le guiñó un ojo de forma divertida.
Le resultaba agradable conocer más a fondo a su compañero de clases. Le parecía increíble que hubiera tardado seis años en darse cuenta de lo divertido que era y lo fácil que se le hacía reír con él. Era curioso darse de esos detalles. — Eres todo un caballero, Remus. Voy a a tener que empezar a considerarte como mi héroe particular. — se llevo ambas manos hasta sus mejillas y ladeó la cabeza de forma teatral, imitando el gesto de una damisela en apuros.
— Lo bueno es que no tardaréis mucho en veros. — comentó con una media sonrisa dándose por satisfecha. Ella también tenía gente a la que echaba de menos y con la que tenía ganas de reunirse. Estar rodeada de otra gente también la ayudaría a lidiar con los problemas en los que la metía Jake. — Ni te lo imaginas, podría regalártelo por un día, a ver si a ti te hace más caso del que me hace a mi. — rió solo de imaginarselo. La idea de que su hermano le hiciera caso a alguien que no fuera él mismo se le hacía inconcebible. — Sin problemas, cuando quieras. No soy una experta, pero si Jake no la estropea creo que la comida suele ser comible. — un leve rubor tiñó las mejillas de la joven. Nunca había cocinado para nadie que no fueran sus padres y su hermano y la opinión de ellos no le parecía del todo objetiva.
La respuesta de Remus no la convenció del todo, algo le había hecho desconfiar de su respuesta, tal vez fuese que aquella sonrisa no le había parecido del todo sincera. No tenía ni idea de porque no querría contarle sus planes de futuro, no era algo muy personal ¿Cierto? O tal vez fuera solo algo producto de su imaginación. — Tendrás que darte prisa, entonces. Solo te queda un año. — se limitó a recordarle, como si no desconfiase del todo de sus palabras. — Quiero trabajar en San Mungo, creo que tengo vocación para ello. — llevaba años pensando en eso y siempre llegaba a la misma conclusión, la de que podría dedicar el resto de su vida a sanar a los demás.
Sus ojos brillaron de emoción al mirar hacía los del castaño y una amplia sonrisa iluminó el rostro de Ishtar ante aquellas palabras. — Me parece una idea excelente. — pronunció la frase con lentitud, resaltando cada silaba. Ya no tenía ninguna duda, no se arrepentía de su olvido. — Yo ya tengo todo lo que necesito — señaló el susodicho libro, aquel que los había juntado en aquella situación. — Así que, lo que sea que necesites comprar, aquí estoy para ayudar. — respondió y le guiñó un ojo de forma divertida.
Ishtar A. Braden- Estudiante de Ravenclaw
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